Que ya está bien de bloqueo de la negociación colectiva, que la pérdida de ultraactividad de convenios no es ley y que, por tanto, puede objetarse y unas cuantas cosas más se han encargado de recordar delegados sindicales de CCOO y UGT ante las puertas de la patronal oscense.
Limpiadoras de centros sanitarios a punto de llegar a la veintena de días de una huelga salvaje (salvaje por la parte empresarial que ha empleado estrategias de auténtico gansterismo patronal), monitoras de comedor indignadas por el fantasma del hambre entre su alumnado y por los decretos antiempleo de la consejera Serrat, gentes de la Construcción e Industria, profesores que preparan ya una semana entrante de paros ...
Una hora de ruido, de gritos, de pataleo ... De expresión genuina de malestar de gentes extremadamente violentadas (que no violentas) que, caso de darse un giro de 180º a estas políticas de exterminio de la clase trabajadora, pueden en un futuro tomar un cariz diferente.
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